La piel de nuestros pies puede verse afectada por distintas alteraciones, como son las infecciones por hongos (dermatomicosis), la sudoración excesiva (hiperhidrosis), el mal olor (bromhidrosis), heridas crónicas (ulceraciones), reacciones alérgicas, verrugas plantares (papilomas), lesiones por roce (ampollas), etc.
También nuestras uñas son susceptibles de verse alteradas en su color (cromoniquia, leuconiquia) y forma (onicodistrofia), al infectarse con hongos (onicomicosis), etc.
En las clínicas CNEO contamos con medios diagnósticos para la detección y tratamiento de este tipo de patologías. Disponemos de un consorcio con un laboratorio externo de anatomía patológica para el análisis de muestras.